Los efectos del poder

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Por Clemencia García Damirón

Esperanza nos colabora esta semana con un tema que abarca casi la generalidad del sistema político e incluye de paso, la monarquía. De todos es sabido cómo influye el poder en los círculos más íntimos de quien lo ejerce, y los efectos que deja a su paso, no siempre de grata recordación.

Veamos:

“El poder es adictivo, indudablemente. Puede llegar a magnificar la personalidad de los individuos tanto de forma positiva como negativa. Todo depende de cómo esté organizado el esquema cognitivo y afectivo del que lo ejerce.

Gracias a Dios, la Historia registra el comportamiento de personalidades cuya impronta permanece en páginas y recuerdos de muchos.

La Reina Madre de Inglaterra, por ejemplo. Mujer de voluntad férrea, se le atribuye la famosa frase “no voy a dejar Londres, las niñas no se van sin mí. Tampoco voy a dejar al Rey, porque él nunca se irá”. Era su negativa ante la insistencia de los asesores del gabinete del Rey de abandonar Inglaterra en medio del bombardeo alemán durante la Segunda Guerra Mundial.

Hitler, antítesis de cómo se ejerce justa y objetivamente el poder, la definió como “la mujer más peligrosa de Europa”.

Otro ejemplo, el Rey Emérito. Don Juan Carlos,fue la cara de la Transición que en su primera etapa de reinado devolvió a España la tranquilidad que merecía. Restaura la democracia después de terminado el régimen franquista, el que al principio fue escogido por no tener la capacidad -según ellos- de contrariar al régimen.Lideró las reformas necesarias incluyendo la aprobación de una nueva Constitución.

Todo muy bien, hasta que empezó la descomposición.

Pero el sistema político no se queda atrás, y ahí voy con ustedes. Los gobiernos de larga duración en el ejercicio del poder tienden a desnaturalizar la esencia de gobernar, en la mayoría de los casos. El ejemplo más reciente, los morados, para no ir a los años del balaguerismo puro.Y en específico los últimos años peledeístas, los de Danilo.

Asombran los casos que se dirimen por ante los tribunales dominicanos, cuyos demandados son precisamente los exfuncionarios cercanos a Danilo Medina. Su círculo íntimo y familiar.

Convergen los dolientes legalmente conocidos, pero también los que se sumaron al carro de la bonanza a partir de la concesión de una parte del Presupuesto nacional. Testaferros, amantes (nunca antes había tanta proliferación de este espécimen), compañías fantasmas, ministerios cristianos, especialismos y demás figuras del mal hacer público.

El chinchorro atrapó un militar activo de alto rango, supuestamente involucrado en uno de los casos más sazonados mediáticamente. Operación Pulpo y Coral las llaman, y dicen que aún no se completan los tentáculos del primero.

Esto incluye la destrucción de núcleos familiares, la vergüenza del “duerman con ropa” o peor, un suicidio.

En lo que se refiere a lo monárquico, doña Sofía, de forma calladaexhibió una gallardía que raya en sumisión a la Corona española, todo por deber y honor. El clima geográfico y la educación ayudan a que las decisiones se tomen lo más frías posibles en cabeza y corazón calientes.

Las dominicanas,sin embargo, hacen lo suyo. No todas responden de igual manera. Algunas sopesan conveniencias y “años en el servicio”; otras, bajo el amparo de las redes escenifican su dolor y rabia. Crucifican a su verdugo, y con él, a ellas y su cohorte.

Edmund Burke sentenció que cuanto mayor es el poder, más peligroso es el abuso. Sirve para todo, en especial para los nuevos inquilinos del Palacio”.