Leonel radiante, Danilo en las sombras y el penco desaparecido

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Por: Daniel Regalado Rojas

Donde está Gonzalo Castillo? Me preguntaba una amiga en el día de ayer; escondido tratando que nadie se acuerde de él, le respondí.

Luego de esa conversación, me llegó el video, de la visita al Senado que hiciera el Dr. Leonel Fernández, para inaugurar las oficinas del bloque senatorial, que representan los senadores de su partido. Partido que en apenas meses, se convirtió en el segundo bloque mayoritario del Senado de la República y pasó de la posición 18 a la 3 en las elecciones de Julio pasado.

Observé a un Leonel Fernández con un rostro fresco y relajado, recibido con una amplia sonrisa de parte del presidente del senado Eduardo Estrella. Luego, de igual manera, por el presidente de la cámara de diputados, Alfredo Pacheco. Ver todo esto y notar que en el entorno de Fernández, vienen floreciendo líderes de valores como Franklin Rodríguez, el único que ha pasado por el ministerio de la juventud sin escándalos; Demóstenes Martínez, un hombre de valores, que no podía coincidir con la banda que dirigía el país; un hombre con la valentía de Domingo Jiménez, Radamés Jiménez y Bauta Rojas, solo hizo que me trasladara a recordar, cómo eran las cosas meses atrás. Y preguntarme dónde se encuentra el mesías, el elegido, el portador de sangre nueva que el PLD había vendido para dirigir el país. Sabe alguien porqué Gonzalo Castillo no aporta, aunque sea un comentario, ante las diferentes situaciones que se presentan en nuestro país; ese ensayo fallido de candidato, se esconde bajo las piedras, esperando pasar desapercibido, luego de engañar a los endoctrinados peledeistas, que forzados por un sueldito, se vieron obligados a votar por él.

Se creyeron Dioses y mientras hoy Leonel entra erguido, sonriente y bienvenido por donde quiera; Danilo, tuvo que en una modesta reuníon limitada, entregar la banda presidencial, para evitar llorar frente a la asamblea nacional o para evitar el abucheo nacional, que sin planificarse, surgiría al igual que los cacerolazos, que todavía hoy retumban en su mente y le acompañarán de por vida.

Y me pregunto: Valió la pena Danilo? Mira tu pelo como está. Te atreves a salir a la calle y caminar por el mercado? Te sientes relajado y capaz de desahogar tu soberbia como lo hacías dias atrás?

A menos dejaste un legado. Antes de ti, todos creíamos que al estado no se le desafiaba; pero gracias a tu abuso y osadía y por supuesto a la capacidad de Leonel Fernández, quedó claro que si se defiende una causa justa, desafiarlo no es una opción, sino un deber.