El pensamiento condiciona la acción

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Por: Manuel Brito
Periodista

Me preocupa a veces cuando escribimos iniciando una cita histórica hasta de varios siglos atrás porque nos podrían ver fuera de época por el desconocimiento en muchos en entender que sin el pasado seríamos incapaces de comprender el presente. Es por ésto que la investigación de la historia y evaluación es de importancia vital para poder luego proyectarnos al futuro, lo que nos ayuda a responder en parte a la pregunta sobre qué importancia tiene el pasado histórico y el presente para planificar el futuro.

En ese sentido, el abogado e historiador León Miranda narra que en el 1953, Fidel Castro y sus seguidores idearon un plan para conseguir armas para su revolución y la única manera de llevarlo a cabo consistía en penetrar a recinto donde se encontraban, que era en el protegido Fuerte del Cuartel Moncada, ubicado en Santiago de Cuba, recordar la historia me absolverá que es el título del alegato de autodefensa de Fidel Castro ante el juicio en su contra iniciado el 16 de octubre de 1953 por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

La acción se calculó llevar a cabo después de un día de celebración nacional en Cuba, cuando se suponía que los militares estarían dormidos y ebrios. El 26 de julio Fidel, acompañado con menos de cien hombres intentó el asalto, fracasando en el intento; muchos de los rebeldes murieron y otros fueron atrapados y luego ejecutados.

Fidel Castro fue apresado y condenado a 15 años de presión y en la cárcel se dedicó a estudiar tácticas militares, filosofía e historia, lo que consolidó su espíritu revolucionario, como la historia está llena por igual con presos políticos que dedicaron su tiempo de prisión a leer miles de libros, como fue Nelson Mandela, Hugo Chávez, entre otros.

Durante el tiempo que permaneció Fidel en prisión las manifestaciones en contra del régimen aumentaron y su figura se tornaba mítica, lo que presionó al gobierno liberarlo. En ese momento, Fidel Castro se convierte en el héroe salvador de Cuba. La cárcel le había proporcionado la imagen que necesitaba para hacerse fuerte, convirtiéndose en un especie de mártir en vida y en el símbolo de la lucha en contra del régimen corrupto de Fulgencio Batista.

El propio Fidel diría más tarde: «El fracaso en Moncada dio el triunfo a la revolución».

Señala Miranda, que el tropiezo y la dificultad son siempre virtuosos el primero porque nos advierte que la meta está cerca ; el segundo para mostrarnos que no está al alcance de todos y por eso ha puesto Dios el sudor y el sacrificio como su condición.

Los seres humanos que han alcanzados los mejores éxitos en el curso de la historia, vieron primero la señal del fracaso antes de alcanzar el éxito. Aquellos que la consiguieron sin recibirla fueron como los fuegos violentos que se consumen pronto; como aquel que espolea demasiado, que seguida se sofoca y se mejante al que devora ávidamente, ahogándose con lo mismo que debiera alimentarle. Sin embargo, la lluvia menuda se prolonga más que las tempestades repentinas. El árbol de caoba es más fuerte que la espiga del trigo.

Por eso es que el fracaso lastima nuestro ego, levantando con ello nuestra más apreciada fuerza: La voluntad, ante la cual es vulnerable la más sólida muralla.

Aristóteles dijo una vez: “El pensamientoe condiciona la acción; la acción determina los hábitos; los hábitos forman el carácter; y el carácter moldea el destino”.

Hasta un próximo encuentro si Dios lo facilita!!!!