Desde aquellos tiempos inmemoriales de la colonizaci\u00f3n, hasta llegar exhaustos a la fr\u00e1gil democracia, pasando por la guerra independentista del 1844; la gesta restauradora del 1863; el derrocamiento de la tiran\u00eda, en el 1961; la revoluci\u00f3n de abril, en el 1964; y la intervenci\u00f3n norteamericana del 1965; la poblaci\u00f3n dominicana, ha protagonizado importantes haza\u00f1as escritas con sangre, sacrificio y entrega, por mujeres y hombres heroicos que constituyeron un ejemplo invaluable de abnegaci\u00f3n, ayudando a compilar el fascinante libro de la historia que marc\u00f3 su identidad nacional, como un pa\u00eds libre, independiente y soberano.<\/p>\n
En sus p\u00e1ginas gloriosas, plasmada con tinta indeleble sobre un fino lienzo de papel, reposa majestuosa la estampa emblem\u00e1tica de Juan Emilio Bosch Gavi\u00f1o: un insigne hijo de la patria, cuya conducta decorosa dej\u00f3 la huella intachable de una vida excepcional, la cual estaba dedicada a luchar por la libertad del pueblo, contra la opresi\u00f3n, la desigualdad y el subdesarrollo, a trav\u00e9s de las ideas que guardan relaci\u00f3n con un pensamiento democr\u00e1tico enfatizado en valores y principios fundados en la dignidad humana, el imperio de la ley y la justicia social.<\/p>\n
Ese inmenso coloso de la literatura y la pol\u00edtica universal, ascendi\u00f3 a la presidencia de la Rep\u00fablica Dominicana, el 20 de diciembre del a\u00f1o 1962; y tom\u00f3 posesi\u00f3n del cargo, el 27 de febrero del 1963. Pero desgraciadamente, siete meses despu\u00e9s, fue depuesto por un golpe militar que cambi\u00f3 el rumbo de la historia, sembrando caos e incertidumbre entre los habitantes que hab\u00edan padecido amargamente durante tres d\u00e9cadas a causa de la f\u00e9rrea dictadura dirigida por Rafael Le\u00f3nidas Trujillo Molina.<\/p>\n
No obstante, aquel tr\u00e1gico acontecimiento, no impidi\u00f3 que la sociedad dominicana conociera del primer ensayo genuinamente democr\u00e1tico de la historia contempor\u00e1nea, impulsado por el entonces presidente Juan Bosch, quien consigui\u00f3 sentar las bases que desterraron a los remanentes trujillistas, tras promulgar la constituci\u00f3n del 1963, la cual propugnaba por una visi\u00f3n progresista de las libertades p\u00fablicas, consagradas en el respeto a las garant\u00edas civiles y el establecimiento de derechos fundamentales.<\/p>\n
Asimismo, la reforma laboral, la definici\u00f3n de la propiedad, la prohibici\u00f3n del latifundio, el dise\u00f1o y la aplicaci\u00f3n de pol\u00edticas, econ\u00f3micas y sociales, focalizadas esencialmente en rescatar a los sectores m\u00e1s vulnerables, dando prioridad a la ni\u00f1ez, los envejecientes y las mujeres, hicieron de la nueva Carta Magna, el m\u00e1s importante e innovador instrumento jur\u00eddico para modernizar el Estado. Por consiguiente, Juan Bosch, pudo cumplir en cierto modo con su prop\u00f3sito, ya que hizo posible que una parte importante de sus ideas, se convirtieran en hechos, a favor del bienestar de los dominicanos.<\/p>\n
Juan Bosch, no s\u00f3lo contribuy\u00f3 con adecentar las simientes de la sociedad, sino tambi\u00e9n puso de manifiesto su inconmensurable amor por el pueblo que gobern\u00f3, ya que, durante su corta estad\u00eda en el gobierno, protagoniz\u00f3 un suceso que marc\u00f3 sensiblemente una parte significativa de la historia, cuando inspirado en el ideario de los padres fundadores de la patria, y los pr\u00f3ceres de la Restauraci\u00f3n, defendi\u00f3 con gran gallard\u00eda, la soberan\u00eda que poco antes hab\u00eda jurado proteger.<\/p>\n
La noche hist\u00f3rica del 28 de abril del a\u00f1o 1963, en un emotivo discurso a la naci\u00f3n, a trav\u00e9s de la radio y la televisi\u00f3n, el entonces presidente constitucional de la Rep\u00fablica Dominicana, Juan Bosch, reaccion\u00f3 de manera en\u00e9rgica ante una agresi\u00f3n incoada por el gobierno haitiano\u00a0\u2013en aquel instante presidido por el tristemente recordado dictador Joan Claude Duvalier\u2013, dando un ultim\u00e1tum; y, mientras tanto, procediendo de inmediato a militarizar la frontera territorial.<\/p>\n
La raz\u00f3n que origin\u00f3 esa confrontaci\u00f3n surgi\u00f3 como consecuencia de la violaci\u00f3n, por parte del r\u00e9gimen de Duvalier, a la Convenci\u00f3n de Viena, sobre relaciones diplom\u00e1ticas, adoptada el 18 de abril del a\u00f1o 1961, mediante un tratado internacional que regula los v\u00ednculos y la inmunidad del personal diplom\u00e1tico acreditado en cada pa\u00eds.<\/p>\n
El conflicto inici\u00f3 cuando la embajada dominicana en Hait\u00ed, fue cercada por polic\u00edas de los \u201cTont\u00f3n Macoute\u201d que exig\u00edan la entrega de un militar haitiano insurrecto (teniente Fran\u00e7ois Benoit) quien supuestamente hab\u00eda encabezado una conjura contra el dictador haitiano, por lo que presuntamente estaba ocult\u00e1ndose en la sede de la misi\u00f3n dominicana.<\/p>\n
En respuesta a esa situaci\u00f3n, durante una alocuci\u00f3n transmitida en vivo para todo el mundo, incluyendo fundamentalmente a las autoridades haitianas, el primer mandatario dominicano, anunci\u00f3 que \u201cdaba un plazo de 24 horas, al presidente de Hait\u00ed, Joan Claude Duvalier, para ordenar el retiro inmediato del cerco militar que estaba apostado frente a la embajada o de lo contrario, pondr\u00eda punto final al incidente utilizando los medios que estuviesen al alcance del gobierno dominicano\u201d.<\/p>\n
A continuaci\u00f3n, el presidente Juan Bosch, explic\u00f3 lo siguiente:<\/p>\n
“El pueblo dominicano sabe ya que la embajada y la canciller\u00eda de nuestro pa\u00eds, han sido violadas por la polic\u00eda haitiana. Esa acci\u00f3n simboliza una bofetada en la cara de la Rep\u00fablica Dominicana, y una afrenta que nosotros no estamos dispuestos a pasar por alto, ya que hemos sufrido con gran paciencia, los ultrajes del gobierno haitiano, pero esos ultrajes tienen que terminar ya de manera terminante”.<\/p>\n
Enseguida, la reacci\u00f3n de la poblaci\u00f3n no se hizo esperar para proceder en consonancia con la determinaci\u00f3n del presidente, y colocarse a tono con la gravedad de aquel suceso ominoso. Es decir, el discurso de Juan Bosch, signific\u00f3 el renacer de la conciencia patri\u00f3tica de los dominicanos que, inmediatamente, salieron a las calles para respaldar a su gobernante y, junto con \u00e9l, salvaguardar la integridad de nuestra soberan\u00eda.<\/p>\n
Juan Bosch, por su lado, sigui\u00f3 siendo enf\u00e1tico y dijo:<\/p>\n
\u201cSi no se resuelve por las buenas, lo haremos por los medios que est\u00e9n a nuestro alcance, incluyendo una invasi\u00f3n militar en Hait\u00ed. El pa\u00eds que no se hace respetar no tiene derecho a llamarse una naci\u00f3n libre, y la Rep\u00fablica Dominicana, es una naci\u00f3n libre, por la voluntad de sus fundadores y la sangre de los que la mantuvieron libre y soberana. Lo es, por la voluntad de su pueblo, y por la decisi\u00f3n del gobierno democr\u00e1tico que ese pueblo eligi\u00f3 el 20 de diciembre del 1962\u2033.<\/p>\n
\u201cHait\u00ed, conspira contra el gobierno dominicano, y le ha faltado el respeto a nuestra naci\u00f3n. Las naciones peque\u00f1as que permiten que esto ocurra, no son dignas de ser naciones, porque lo \u00fanico que puede mantenernos como pa\u00eds soberano, es la decisi\u00f3n de hacernos respetar de los peque\u00f1os y de los grandes, de los que pretenden abusar de nuestra debilidad, y de los que pretendan abusar de su fuerza”, concluy\u00f3 diciendo Juan Bosch.<\/p>\n
En consecuencia, la advertencia del presidente dominicano, no s\u00f3lo qued\u00f3 en ret\u00f3rica, sino que, adem\u00e1s, envi\u00f3 aviones de la Fuerza A\u00e9rea Dominicana (FAD), a sobrevolar la ciudad de Puerto Pr\u00edncipe, en Hait\u00ed, con la encomienda de lanzar volantes, en franc\u00e9s y creole, estableciendo claramente un plazo de tres horas al dictador haitiano, para desalojar la embajada, so pena de bombardear el palacio presidencial del gobierno haitiano, en caso de no obtemperar a la referida intimaci\u00f3n.<\/p>\n
Hist\u00f3ricamente, desde que Espa\u00f1a, en el a\u00f1o 1795, cedi\u00f3 la colonia de Santo Domingo, a Francia, a trav\u00e9s del Tratado de Basilea, hemos padecido innumerables atropellos por parte de aquellos que han dirigido a Hait\u00ed, no obstante, quienes ocupamos la parte oriental de la isla,\u00a0apaleamos a mantener siempre una pol\u00edtica de buen vecino y puertas abiertas.<\/p>\n
Desde Toussaint Louverture, en enero del 1801; Jean Jacques Desalines, en febrero del 1805; Jean Pierre Boyer, en febrero del 1822; Charles H\u00e9rard, en marzo del 1844; Faustino Soulouque, en marzo del 1849, y luego en noviembre del 1855; hasta llegar a nuestra \u00e9poca, la Republica Dominicana, ha sido invadida, asaltada y vejada, en innumerables ocasiones; primero, por la fuerza y, despu\u00e9s, en forma pac\u00edfica. Sin embargo, a pesar de haber convivido con esa amenaza constante, nunca hemos blandido la espada de la venganza, para mancillar a nuestros agresores, m\u00e1s que para defender nuestros derechos como naci\u00f3n.<\/p>\n
Afortunadamente, aquel lamentable incidente que tens\u00f3 a\u00fan m\u00e1s la maltrecha relaci\u00f3n entre ambos pa\u00edses, termin\u00f3 resolvi\u00e9ndose por la v\u00eda pac\u00edfica; pero no sin antes haber sentado un precedente como ejemplo de la inquebrantable voluntad, firmeza y determinaci\u00f3n del pueblo dominicano, consustanciada con una convicci\u00f3n del deber como gu\u00eda, liderada estoicamente delante del juicio ineludible de la historia, por la regia autoridad del presidente Juan Bosch.<\/p>\n
\u00a1Loor eterno a su memoria y legado!<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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