27.8 C
Santo Domingo
sábado, abril 19, 2025

Trotsky, el de Esperanza

Por: Clemencia García Damirón

Hice una pregunta a Trotsky, la pareja de mi amiga-hermana Esperanza. Ella me permitió la conversación porque no le quedaba de otra. Debía devolverle un poco del agua que me da a beber en ocasiones de forma inesperada.

Para nosotras, vino;whisky para él.Tapeo, quesos y uvas nos acompañan en nuestros juntes de ocasión. A veces incluimos el pulpo, nos gusta a todos, menos a Trotsky. Siempre va a lo seguro, nada de inventos, dice él.

Hablamos mucho. Política no podía faltar, y cotidianidad menos. Trotsky es ameno, divertido, inteligente. Sencillamente, encantador. No así como anfitrión, porque cuando le toca, deja pasar algunos pequeños detalles, a veces.

El tema político lo toma con pinzas porque su mejor cliente, es el Estado. Es lobista, se mueve en el área de construcción y nada muy bien las aguas empresariales. Tiene amigos del poder de turno, aunque no le ha ido mal, pudo haber sido mejor. Oportunidades no le han faltado desde hace muchos años.

Es austero, parco, frugal. Observador.

Lobo solitario al fin, nos ausculta. Usa el “bedroom eyes” de los anglos. Fija en su memoria cada palabra, hecho o gesto. Se detiene en el olor de la piel, el pelo, el cuidado de la ropa y cómo la llevas. Los pies son su derriengue. Discute y analiza con el peso que da la experiencia, el de los años.

Esperanza carga pesado. Pero le gusta, porque la reta. A veces sientes estar en un ring cuandocompartes con ellos.

Se me ocurrió -atrevida yo- preguntar por su historia en común, por qué ella. ¿Por qué, en medio de tanta oferta callejera, te decides por una mujer como Esperanza? Abundé con conocimiento de causa, él me dejó decir lo que pensaba. Puedo apostar a que sabía por dónde venía.

Ni se inmuta, solo respira, mete las manos en los bolsillos de sus pantalones kaki y da unos pasos. Responde con una sonrisa medio dibujada, que deja ver un poco su casi perfecta dentadura blanca.

“No estoy para sobresaltos, ni pagar a un delivery que esté pendiente de un muchacho. No reviso con frecuencia celulares ni estados. No uso redes sociales, para colmo. A mis amigos les dejo las que pudieran tocarme por mi condición de hombre… que se las repartan y las disfruten si pueden. Mis contemporáneas son agradecidas, seguras de sí mismas, no fingen y aman con el corazón.

Cultas, inteligentemente hábiles, sensatas. Están orgullosas de sus cicatrices y tienen historias que contar. Desde niño me ocurre. Y es en ese tipo de corazón que habito, me lo dedican, es mi premio.”

Esa fue casi exactamente la respuesta de Trotsky, el de Esperanza.Creo que a ella le satisfizo, a mí no tanto. Hay un dejo de fantasía en sus palabras.

Pero, cada cabeza y corazón es un mundo. Ellos como pareja funcionan, y lo están haciendo bien. Deseo que continúen su trayecto bajo su esquema y diseño, en dicha y felicidad.

 

 

 

 

 

 

SIMILARES

MÁS POPULARES