La valentía de una gigante olímpica

0
386

Por: Clemencia García Damirón

Con tantos temas de importancia no podía dejar éste, que de manera particular para el mundo del deporte es vital desde todo punto de vista. Resume sentimientos encontrados, ansias y decepciones, pero también valentía.

Simone Biles significa un ícono de poder deportivo no solo para su país natal, sino para todos los que componen el espectro dentro de la disciplina de gimnasia olímpica. Es la oponente a vencer, por esolos atletas de alta competencia se impactaron ante lo inesperadamente ocurrido en los juegos de Tokio.

Fue valiente, responsable con ella misma y con su delegación.

La cuatro veces medalla de oro dio a conocer al mundo su decisión de retirarse de la competición final por equipos y de la final general individual, en unos juegos olímpicos con más atención que nunca por la intensa y estresante logística en tiempos de pandemia.

Celebrarlos ya fue un logro, y que participaran tantas delegaciones deportivas rompió esquemas nunca vistos.

Simone no había perdido una competencia general desde el 2013. Todos los reflectores apuntaban a ella, hoy más. Su ejecución no fue la mejor, no estuvo fina y lo supo al instante. Tenía poca concentración y el resultado fue pobre para la deportista que maneja las más complejas dificultades.

Dijo: “Hay que priorizar la salud mental, porque sin eso no hay disfrute ni éxito. No pasa nada si dejas una competición para centrarte en ti misma, eso te hace más competitiva en lugar de luchar contra ello”.

¡Que valiente!

Casi siempre actuamos para los demás. Complacemos las expectativas de los otros olvidando nuestro bienestar particular. Si, esas particularidades que nos hacen diferentes del resto, pero que nos configuran como seres excepcionales sin importar la generalidad.

Su nivel de responsabilidad y entrega se elevó cuando agregó: “No quiero costarle la medalla al equipo”.Sigan sin mí, ustedes pueden, son un equipo.Infiero.

Reconocer nuestras debilidades nos hace fuertes. Eso imprimió Simone Biles públicamente a su retiro de los Juegos Olímpicos 2021 en Tokio.

Con apenas 24 años de edad alcanzó la madurez deno arrastrar a una nación que mantenía liderazgo en el medallero a una baja numérica.Pudo haber escogido otro camino, el más fácil. Los falsos paliativos que conocemos terminan las estrellas de toda índole: drogas y sustancias prohibidas.

Pero no. Aceptó, y una vez lo haces empiezas a sanar. Inicia esa maravillosa búsqueda dentro de ti que te lleva a puerto seguro.

En su declaración notamos a una Simone en paz, pausada, calmada. Estaba conforme con su entorno, a quienes les reconoció el haberle dado el apoyo justo. Lista para su nuevo entrenamiento, el de conseguir el equilibrio emocional que la llevará a realizar toda tarea que se proponga una vez logrado.

¿Volverá? No lo sabemos, pero sí estamos seguros de que hizo lo que debía en el momento preciso, y lo valoramos. Se retiró como solo los grandes saben hacerlo.

A veces perdiendo se gana. Y ella ganó la medalla de oro en nuestros corazones.